115 años de aprobación Pontificia
Mensaje del Superior General padre Marino Martínez Pérez
Un 19 de septiembre como hoy en 1902 la Iglesia Católica aprobaba la Congregación de Religiosos Terciarios Capuchinos, así decía la proclamación:
“El fin especial o el objetivo propuesto a los mencionados Hermanos consiste en esto: ante todo que atiendan a su propia santificación por medio de los votos de obediencia, pobreza y castidad y por una determinada norma de vida prescrita en sus Constituciones; después, que expresen con toda claridad la apremiante caridad de Cristo Señor, sobre todo para con los adolescentes extraviados, de tal manera que una vez arrancados del cieno de los vicios, se preocupen por instruirlos y educarlos piadosamente con los medios más oportunos…”
Y en las Constituciones nos lo recuerdan así:
“Esta Consagración religiosa, aceptada por la Iglesia y por ella ofrecida a Dios en unión con la Víctima eucarística, nos convierte en hostia viva, santa, grata a Dios; hace de nuestra vida una oblación permanente de adoración al Padre y un testimonio preclaro de la Alianza nueva y eterna que Dios ha establecido con los hombres en Cristo ; nos une más estrechamente con la Iglesia y con sus misión salvífica; nos incorpora a una comunidad de hermanos comprometidos a vivir y a crecer en la caridad y empeñados en una misión redentora”.
La Familia Amigoniana felicita a los Religiosos Terciarios Capuchinos, que se han constituido en una fruto de la iglesia en cuyo nombre ejercen la misión especial transmitida por el padre Luis Amigó, haciendo suyos los gozos, las esperanzas, las tristezas y las angustias de los la Iglesia de nuestro tiempo.
Que el Buen Dios y la Madre Dolorosa al píe de la Cruz, sigan bendiciendo esta loable labor en sintonía con los laicos cuya misión y carisma los unen en favor de los más necesitados y desamparados y que al mejor estilo del Buen Pastor sigan contribuyen en la educación cristiana de Jóvenes en especial aquellos apartados del camino de la verdad y del bien.