La parroquia Nuestra Señora Madre del Dolor es una obra que surge del carisma de los Amigonianos en la cual la principal impronta es resaltar la esencia de la vida cristiana y la sencillez. Obra fundada por el mismo padre Luis Amigó en el año de 1889 cuando apenas tenia 34 años de edad.

La edificación es catalogada como una emblemática edificación de la cultura religiosa de la ciudad de Madrid construida por el arquitecto Luis María Caballero Lapiedra. Ha estado dirigida por los Religiosos Terciarios Capuchinos donde se denota su gran capacidad de rescatar la esencia de la vida cristiana desde la fraternidad y la acogida con los jóvenes del complejo educativo de la Fundación Caldeiro y los feligreses de la parroquia.

Desde allí los Amigonianos ejercen su apostolado desde diferentes frentes entre los que se destacan la atención preferencial con los jóvenes y las familias con problemas como lo estipulan los principios fundacionales “Los Amigonianos nos sentimos llamados a crecer en el amor, desarrollando particularmente las actitudes de sencillez, humildad, compasión, misericordia, alegría, entrega y generosidad”

La parroquia tiene una estrategia de dimensión comunitaria desde donde se realizan actividades de atención a personas solas o enfermas, también se organizan charlas de sensibilidad social y campañas solidarias, entre otras.