Padre Luis Amigó, fiel al espíritu Capuchino que impregnaba su vida, fue un hombre, un Religioso e incluso un Obispo que quiso estar siempre cerca del pueblo compartiendo, sobre todo, sus preocupaciones y dolencias.

Y una vez entrado en la Vida eterna, Padre Luis sigue compartiendo el dolor de quienes recurren a él pidiendo, por su intercesión, gracias a favores y, con frecuencia, nos las obtiene de Dios.

En este año en que celebramos con gozo los 25 años de su Venerabilidad, queremos difundir, por este medio, el conocimiento de gracias recibidas por intercesión del Padre Luis y pedimos a quienes hayan obtenido algún favor especial de compartirlo con todos relatándolo en pocas líneas.

Con esta iniciativa queremos, antes que todo, expresar nuestra gratitud a Dios que siempre carga con el yugo que pesa sobre nuestros hombros y animarnos a acudir al Padre Luis con confianza y fe en Dios y con la esperanza, un día, de conseguir el milagro que falta para su beatificación.

Por: Sr. Cecilia y Laura Pasquini

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