Este 17 de octubre se celebra a nivel planetario el día clásico del Laico Amigoniano, hecho por el cual se congregan cientos de miles de los hijos espirituales del padre Luis Amigó alrededor de actos culturales y académicos que son el compromiso público de seguir fomentando el Carisma y el Espíritu del padre Luis en las realidades sociales contemporáneas.

Hablar de un Laico Amigoniano hoy significa expresar una –ciudadanía– que está inmersa en el corazón y el espíritu de toda la obra del Gigante de la Santidad. No se puede poner en duda que, para el fundador, el centro y finalidad de su vida haya sido la misericordia, la compasión y el amor al prójimo, expresado en la fundación de sus dos congregaciones y sus obras apostólicas en bien de los más desamparados y marginados de la sociedad.

La caracterización del carisma como -amigoniano- más que una estrecha filiación, indica un espíritu y un estilo de acción inspirados en la sencillez, amabilidad y fraternidad franciscanos. Semilla recibida por el padre Luis en su época de formación y que se ha vuelto un árbol frondoso de excelentes frutos.

Los amigonianos nos hemos comprometido a hacer de la Familia Amigoniana un vasto movimiento de personas para la salvación de niños, niñas, adolescentes y familias. Somo una –familia– No un –grupo de trabajo– familia que vive en comunión y que comparte una misión con los Religiosos y Hermanas Terciarias Capuchinas, con un corazón que palpita con el doble latido sístole y diástole, polos de una elipse que no se pueden separar sin perder identidad. Felicitamos a todos los laicos en su día y les pedimos que vamos más allá.