El papel del laico en la iglesia, en la misión y en el Carisma Amigoniano

El papel del laico en la iglesia, en la misión y en el Carisma Amigoniano

Con la presentación del teólogo Cesar Kuzma desde Brasil pudimos adentrarnos en cuestiones actuales que nos depara la iglesia y tendríamos que preguntarnos quienes son los laicos hoy y donde los encontramos. Que es lo que constituye su vocación y misión. Para donde es la salida de la iglesia en el camino sinodal ¿Por qué salimos, para dónde salimos y con quien salimos?

Porque salimos porque hay un llamado, una urgencia, por quién salimos porque Cristo nos invita a tomar su propuesta de seguir en el mundo, para donde salimos hacia las periferias sociales a buscar el desamparado y el marginado.

Tenemos la misión de ayudar en la iglesia misionera que propone el papa Francisco, esto nos invita a tocar temas de urgencia porque los nuevos tiempos nos están exigiendo una reforma de nuestras estructuras, compromisos y tenemos que saber que tenemos derecho a decir lo que pensamos y sentimos, pero también tenemos que preguntarnos ¿que estamos haciendo en conjunto para fortalecer el laicado?

Los laicos tenemos que asumir el compromiso de fortalecer la acogida, la fraternidad que tiene una postura abierta y el diálogo permanente.

La motivación del laicado debe ser un llamado de mayor madurez para afrontar los retos y que sea consciente de su llamado y su misión, debemos ser sujetos de evangelización y asumir la autonomía, un laico que se ensucie las manos que sea consciente de su responsabilidad de su desarrollo y crecimiento.

Los laicos tenemos que abandonar el facilismo, tenemos que saber que las estructuras de la iglesia hoy no es una estructura que facilite la sinodalidad, tenemos que cambiar la estructura porque si no vamos a seguir teniendo una iglesia verticalmente clerical.

La misión del laicado es estar en el mundo como sal y luz, es un llamado a ser secular, estamos llamados a captar el mundo de DIOS que llevan a la práctica las bienaventuranzas que nos permiten unirnos a los religiosos y hachar puntos en conjunto.

Este camino no es uniforme porque el Señor nos ha dado a todos dones y talentos diversos, en la iglesia todos tenemos una misión como miembros del pueblo de Dios y tenemos que reconocer que somos sujetos que tenemos conciencia de nuestra vocación y compromiso con el reino de Dios.

Estamos en el mundo y tenemos que saber que la realidad es que tenemos que ser conscientes de que tenemos que reconocer los retos y desafíos no como dos entes antagónicos, sino que se complementan y se necesitan para seguir existiendo, debemos escucharnos y acoger de manera abierta al bien que aporta el laico y debemos generar espacios nuevos. Texto producto de las reflexiones de la I Asamblea sinodal realizada en Roma entre el 27 de mayo y el 03 de junio por los Religiosos Terciarios Capuchinos.