Espiritualidad

Espiritualidad

La espiritualidad es concebida como una forma de vivir conforme a un espíritu, dicho espíritu, en la cristiana, no será otro que el Espíritu de Jesús. Según esto, espiritualidad cristiana será el arte de vivir de una manera acorde con el Espíritu de Jesús o conforme a la espiritualidad que vivió Jesús. Consiste en seguir a Jesús de manera que su experiencia de Dios y su Espíritu sean los que configuren nuestra vida. Los textos que nos han dejado los primeros cristianos nos muestran que viven su fe en Jesucristo como un fuerte «movimiento espiritual».

Se sienten habitados por el Espíritu de Jesús. Solo es cristiano quien ha sido bautizado con ese Espíritu. “El que no tiene el Espíritu de Cristo no le pertenece” (Rm 8, 9). Animados por ese Espíritu, lo viven todo de manera nueva. Desarrollar la vida espiritual es ir tomando en consideración las palabras y los hechos de Jesús, sus enseñanzas y sus obras de salvación y de liberación.

Para los Amigonianos nuestra espiritualidad va emanando de seguir las huellas del Buen Pastor, los Amigonianos nos sentimos llamados a crecer en el amor, desarrollando particularmente las actitudes de sencillez y de humildad, de compasión y de misericordia, de alegría y de esperanza, y de entrega y generosidad, que distinguen la vida de quién conoce a las ovejas, camina delante de ellas, busca a las que se pierden, comparte sus alegrías y penas, y está dispuesto a dar la vida por todas.
«En el Buen Pastor tenemos los Amigonianos la más expresiva y sugerente imagen de un amor que se entrega hasta dar la vida y de un amor que se compromete y se encarna en la realidad de sus ovejas», decía nuestro fundador Luis Amigó.
Además de Jesús Buen Pastor, tenemos por modelo y protectora a Nuestra Madre de los Dolores. A Ella nos confió el Padre Fundador y con Ella la Congregación se siente cooperadora en la regeneración de la juventud. Su presencia en nuestra vida es fuente de la generosidad y de la misericordia, de la fortaleza y de la ternura que requiere nuestra misión.
Además, con espíritu franciscano y con la sencillez del que se considera servidor, vivimos según nuestros orígenes franciscanos: … Pues para esto han sido llamados los hermanos y las hermanas: Para curar a los heridos, vendar a los quebrantados y volver al recto camino a los extraviados…