La misión en la actualidad

La misión en la actualidad

Como muy positiva fue valorada la disertación de la hna. Irlandesa Patricia Murry secretaria ejecutiva de la UISG, quien hizo énfasis en que la primera misión que tenemos es como hijos de Dios que hemos recibido por el bautismo la misma dignidad y que como tal somos todos pueblo de Dios en salida. 

Caminar que implica desafíos que incluyen la desigualdad, la ideología de género y los individuos de otras religiones, en particular encontramos en la misión de la Familia Amigoniana a bandas, prostitución, drogadictos, marginación y migrantes.

Tenemos que dejar nuestros nidos, tenemos que salir a la periferia lo nuestro debe ser algo profético y transformar nuestra actual forma de actuar y de ser, debemos iniciar el viaje a una tierra desconocida y tener la disposición de estar listos para apoyar, ayudar y orientar a los jóvenes.

Tenemos que ayudarlos a calentar sus sueños, tenemos que ayudarlos a estar conectados y buscar nuevos lugares de encuentro, movernos a nuevos terrenos, dar la bienvenida a otros, tenemos que ir más allá al meollo en donde está la clave.

Tenemos que hallar las periferias emergentes, porque recordemos que las dos Congregaciones no son las que tienen una misión, sino que somos cada uno los que hacemos parte de la Familia Amigoniana los que hacemos la misión y la ayudamos a construir.

El apostolado del excluido tiene que tener la suficiente misericordia. Tenemos que acariciar las heridas del pecado de nuestras comunidades que es como el padre o una madre que se conmueve hasta las entrañas por que ama a su hijo.

La palabra sinodalidad es trasegar un camino que se recorre juntos en este camino se dinamiza la iglesia y la vocación, la sinodalidad es un llamado de la naturaleza de la iglesia es una práctica espiritual que debe ser vivida desde la misión y visión. Tenemos que ver cuáles son las nuevas posibilidades para la Familia Amigoniana a través de la solidaridad.

Tenemos que generar espacios para reconocer cómo el espíritu se está moviendo en cada uno, necesitamos el concurso de todos en la perspectiva de construir un nuevo camino, estamos llamados a discernir, orar y escuchar de tal manera que estemos abiertos y que tengamos la suficiente apertura que evite la fragmentación y la desintegración.

La misión compartida es una construcción conjunta porque es algo en lo que nos vamos a comprometer al 50% por ciento y no es apropiado que haya una misión en la cual no hemos colaborado los laicos y ahora vamos a participar en algo que no ha sido construido en conjunto. Texto producto de las reflexiones de la I Asamblea sinodal realizada en Roma entre el 27 de mayo y el 03 de junio por los Religiosos Terciarios Capuchinos.