Pedagogía Amigoniana: perspectivas y desafíos en el siglo XXI
El siglo XXI se ha caracterizado por un cúmulo de avances científicos, desarrollos tecnológicos, sociales, culturales y un sinfín de innovaciones en procura de mejorar la calidad de vida de los seres humanos; sin embargo, a la par de estos desarrollos, se han forjado desaciertos como la violencia extrema emanada por el individuo, el conflicto, la corrupción, el maltrato y los peores comportamientos del ser humano nunca antes vistos.
Frente a tales situaciones, la pedagogía amigoniana y los formados desde ésta posan sus miradas en un mundo diverso que aglutina seres maravillosos y variadas problemáticas como el conjunto de colores que irradia el arco iris. Así, la perspectiva pedagógica amigoniana reconoce en la policromía de lo humano, en la acción perfectible del ser, en el despliegue de su capacidad creadora y en el cultivo infinito de aquellos anhelos que tienden al “ser” mejores personas, un escenario de verdadero y genuino desarrollo del sujeto. La apuesta y el apostar-se por un modelo formativo que ubica al ser humano en el centro y no en la periferia, resulta cercana, colindante y consustancial a la idea originaria del propio Luis Amigó.
Las personas, desde su individualidad, son cada vez más ajenas a la comprensión de las diversidades, a la empatía, solidaridad y tacto con las situaciones y problemáticas de aquellos que han tenido unas oportunidades diferentes de percibir la vida y su conjunto de aristas cíclicas y dinámicas.
La investigación científica, por su parte, ha penetrado la esfera de los sistemas sociales para ofertar soluciones, comprender, interpretar, vivenciar, resolver, educar, mejorar, adaptar, aceptar y cambiar en la medida de lo posible un sinnúmero de fenómenos que entorpecen la utorrealización de la persona en estos tiempos.
Estas fueron algunas de las reflexiones abordadas en las temáticas del Tercer Encuentro Internacional de Pedagogía Amigoniana realizado en noviembre de 2018 en la ciudad de Medellín.